El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha brindado asistencia vital a más de dos millones de personas en Sudán del Sur en lo que va de año, pero una alarmante escasez de fondos amenaza con paralizar sus operaciones.
Según datos actualizados, la mitad de la población del país, unos 7,7 millones de personas, enfrenta hambre grave, y al menos 83.000 se encuentran en niveles catastróficos de inseguridad alimentaria (IPC5).
El PMA ha intensificado sus operaciones en regiones críticas: lanzó 430 toneladas métricas de alimentos desde el aire en zonas remotas del Alto Nilo, y reanudó convoyes fluviales por el Nilo Blanco, cruciales para acceder a comunidades aisladas.
A pesar de estas acciones, la agencia solo podrá asistir a 2,5 millones de personas con ayuda alimentaria de emergencia, apenas el 30% de quienes la necesitan, debido a un déficit presupuestario de 274 millones de dólares. De no recibir fondos adicionales, se reducirán aún más las raciones en septiembre.