Un estudio revela que el riesgo de cáncer se relaciona con la ubicación de la grasa en tu cuerpo. La grasa acumulada en órganos internos y abdomen aumenta el peligro.
La obesidad es un factor clave que aumenta el riesgo de cáncer, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, un estudio identifica que el lugar en el cuerpo donde se acumula la grasa podría causar varios tipos de cáncer.
El cáncer sigue siendo una de las principales causas de muerte en el mundo. En 2022 se registraron 20 millones de casos nuevos y 9.7 millones de muertes por cáncer a nivel mundial, de acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud en E.U. (NIH).
Entender la relación entre la grasa y la enfermedad se convierte en un paso fundamental para la prevención.
¿Cómo puede influir la distribución de la grasa en el riesgo de padecer cáncer?
Tradicionalmente, el índice de masa corporal (IMC) se usa para medir la acumulación de grasa, pero este valor no capta la distribución de la grasa.
El estudio, publicado en Journal of the National Cancer Institute, confirma que la ubicación de la grasa influye en el riesgo de desarrollar cáncer.
Estos son los principales hallazgos de la investigación:
- La grasa es un órgano activo: El tejido adiposo no solo almacena energía, también funciona como un órgano, secretando hormonas.
- Cada depósito es único: Las células de grasa en el vientre (visceral) son distintas a las de las caderas (gluteofemoral) y tienen diferentes composiciones celulares.
- Hormonas sexuales: La grasa subcutánea abdominal (ASAT) es una fuente clave de estrógeno circulante en mujeres posmenopáusicas, lo cual puede mediar el riesgo de cáncer.
- Mediadores metabólicos: La grasa abdominal nociva aumenta la insulina en ayunas y la testosterona, lo cual media el riesgo de cáncer de endometrio, originado en la parte interna del útero.
- Más que el IMC: La investigación demuestra que la distribución de la grasa es crucial; por ejemplo, la grasa del hígado mostró un fuerte efecto causal sobre el riesgo de cáncer en este órgano, algo que el IMC no capturó.
¿Qué tipo de cáncer puede desarrollar la grasa de acuerdo con su ubicación en el cuerpo?
La grasa acumulada en la zona media y en órganos internos aumenta el riesgo, mientras que la grasa almacenada en la parte inferior del cuerpo parece proteger.
Grasa del hígado y visceral (VAT): Aumentan fuertemente el riesgo de cáncer de hígado.
Grasa en el páncreas: Está vinculada a un aumento fuerte del riesgo de cáncer de ovario.
Grasa abdominal (ASAT): Aumenta el riesgo de cáncer de endometrio y adenocarcinoma esofágico, que se origina en las células glandulares del esófago.
Grasa de caderas y muslos (GFAT): Tiene un efecto protector y disminuye el riesgo de cáncer de mama y de meningioma.
Grasa abdominal (¡Protectora!): Curiosamente, la grasa abdominal subcutánea mostró un efecto protector contra algunos subtipos agresivos de cáncer de mama.
¿Cómo prevenir el cáncer?
Los resultados de este estudio no solo te alertan sobre dónde se concentra el peligro, sino que también sugieren nuevas estrategias de prevención que van más allá del simple control de peso.
Reducir el riesgo de cáncer implica tomar algunos pasos importantes, como las recomendaciones del estudio y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
- Pruebas de detección: Realizar estas pruebas de rutina puede detectar el cáncer en etapas tempranas, cuando el tratamiento suele ser más eficaz.
- Vacunación: Las inyecciones contra el Virus del Papiloma Humano (VPH) y la hepatitis B pueden ayudar a prevenir varios tipos de cáncer.
- Controla la grasa interna: Enfocarte en reducir la grasa visceral es importante para disminuir riesgos específicos de cáncer.
- No solo el peso: Aunque un peso saludable es crucial, es importante monitorear y evaluar los cambios en la distribución del tejido adiposo, no solo en la cifra de la balanza.
La nueva ciencia de la distribución de la grasa invita a mirar el cuerpo con más detalle. No se trata solo de tener kilos de más, sino de dónde se alojan esos kilos.
Evaluar y modificar la peligrosa grasa de los órganos internos y el abdomen podría ser el futuro de las intervenciones preventivas contra el cáncer.
Textos y fotos: www.elmundoalinstante.co