Los flujos de migración irregular hacia el sur en Panamá cayeron un 20% entre agosto y septiembre de 2025, al pasar de 1.850 a 1480 personas, el nivel más bajo desde el pico de abril (3013), según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). En Centroamérica, los movimientos descendieron un 17%, con Honduras registrando la mayor reducción (34%), lo que confirma una tendencia sostenida a la baja en toda la región.
Esta disminución regional se alinea con un descenso más amplio en el corredor migratorio, ya que los cruces en la frontera entre Estados Unidos y México alcanzaron su nivel más bajo en más de 50 años, según datos del gobierno estadounidense.
En Guatemala se detectó un nuevo patrón de movilidad bidireccional: mientras continuaron los retornos desde México, también surgieron movimientos hacia el norte de familias, principalmente de Honduras, Venezuela y Perú.
Con cada vez menos ayuda humanitaria, hay “vacíos de protección y servicios básicos”, especialmente para los migrantes varados. En Bolivia, la muerte de una mujer venezolana al intentar cruzar irregularmente hacia Chile marcó la sexta fatalidad registrada en esa frontera en 2025.