Decenas de manifestantes, miembros de comunidades indígenas y jóvenes activistas, irrumpieron en la sede de la cumbre climática COP30 en Belém, Brasil, exigiendo medidas para proteger los bosques y enfrentándose a los guardias de seguridad.
Los manifestantes intentaron ingresar en la noche del martes en la llamada “zona azul”, un área restringida donde se reúnen miles de delegados en el corazón de la Amazonia.
Según informes de prensa, muchos llevaban banderas que abogaban por los derechos a la tierra y carteles que declaraban: "Nuestra tierra no está en venta".
"No podemos comer dinero", dijo un líder indígena de la comunidad Tupinamba. "Queremos que nuestras tierras estén libres de agronegocios, exploración petrolera, mineros y madereros ilegales".
Estas comunidades, entre las más afectadas por el cambio climático, reclaman mayor reconocimiento en la toma de decisiones y en el acceso a financiamiento climático.
Este jueves, un evento ministerial reunirá a líderes tradicionales indígenas y representantes gubernamentales.