En los últimos meses hemos visto protestas y rechazo al turismo en distintos destinos. ¿Qué motiva este creciente descontento entre las comunidades locales?
El sentimiento antiturístico surge de los efectos negativos del turismo de masas. Es bien sabido que los destinos que sufrieron la «crisis de Airbnb» ya conocían este sentimiento desde hacía años. El aumento de los precios de los alquileres a corto plazo hizo que la vivienda fuera inasequible para los residentes de muchas ciudades del mundo, obligándolos a abandonar ciertas zonas urbanas.
Más allá de la crisis de vivienda, los residentes lamentan los diversos efectos del turismo masivo, como la contaminación acústica y ambiental, la escasez de recursos y los comportamientos sociales, que afectan su estilo de vida. De hecho, el impacto ambiental del turismo es significativo en cuestiones como el consumo local de agua y energía, así como la gestión de aguas residuales. Las comunidades intentan proteger sus recursos naturales en un momento en que el cambio climático ya ha ejercido una presión considerable sobre unos recursos que, de por sí, son escasos.
La frustración también proviene de la sobrepoblación. Una larga cola para acceder a un sitio o una caminata lenta para cruzar una calle comercial abarrotada puede parecer una experiencia única en la vida para algunos visitantes, pero representa una lucha diaria para los residentes locales.
La falta de respeto por las costumbres y leyes locales también alimenta el descontento entre las comunidades locales, que no están en contra del turismo en sí, sino que buscan salvaguardar la belleza de su hogar y prevenir su decadencia social y cultural.
¿Podría darnos ejemplos de los principales destinos donde esta “fatiga turística” se ha hecho más evidente?
El auge turístico de Barcelona comenzó durante los Juegos Olímpicos de principios de la década de 2000, pero las protestas no surgieron hasta más tarde. En 2025, la ciudad se unió a la campaña «Sur de Europa contra el turismo masivo» junto con Portugal e Italia, y los manifestantes españoles utilizaron pistolas de agua y granadas de humo, exigiendo la «reducción del turismo».
El distrito de Gion en Kioto ilustra el daño que el turismo masivo causa a la tradición y la belleza del lugar. Desde 2019, la fotografía está prohibida y se imponen multas; en 2024, algunas calles fueron cerradas debido al comportamiento irrespetuoso de los visitantes. Tras la pandemia de COVID-19, Japón ha experimentado un auge turístico tanto a nivel internacional como nacional. El gobierno aspira a alcanzar los 60 millones de turistas para 2030, protegiendo al mismo tiempo el patrimonio cultural e implementando medidas como estas restricciones, además de aumentar los impuestos al alojamiento.
El turismo masivo agrava la gentrificación y las presiones climáticas en la Ciudad de México, especialmente en zonas céntricas como Roma y Condesa. Mientras la ciudad se beneficia de los turistas y los nómadas digitales, los residentes locales se ven excluidos, lo que ha provocado protestas a mediados de 2025 con lemas como «Gringo, vete a tu país».
En el sur de Italia, las Islas Baleares españolas y las Cícladas griegas, los complejos turísticos de lujo amenazan los paisajes naturales. Los residentes deben racionar el agua en verano y hacer frente al declive de la agricultura local.
Según su experiencia, ¿cómo afecta el turismo masivo a la vida diaria de los residentes y a la infraestructura local?
El auge de los viajes tras la pandemia propició una recuperación del 99 % del sector turístico hasta alcanzar los niveles previos a la pandemia . Si bien se observan algunos patrones de viaje positivos, el turismo de masas genera gran preocupación. Como expatriado residente en Atenas y viajero frecuente, he observado a lo largo de los años los efectos del turismo masivo tanto aquí como en el resto del mundo.
Desde mi punto de vista, Atenas ha conservado en gran medida su belleza e identidad, pero algunas zonas se han transformado debido a los problemas de vivienda y al aumento de los precios de los productos y servicios básicos. El coste de vida se dispara. La aglomeración en los yacimientos arqueológicos y museos puede convertir una estancia corta en una experiencia estresante. Esta aglomeración es evidente incluso en la vida nocturna de plazas emblemáticas, o al desplazarse a la playa en la Riviera ateniense. Nuevos hoteles y restaurantes proliferan constantemente, reduciendo los espacios abiertos y agravando los problemas de aparcamiento y tráfico. Se prevé que en 2025 Atenas reciba la cifra récord de 10 millones de visitantes , casi la misma cantidad que la población del país, un ritmo que resulta insostenible para los residentes.
¿Qué actitudes o comportamientos de los turistas suelen generar mayor frustración entre las comunidades anfitrionas?
La frustración surge porque los lugareños perciben a los turistas como explotadores e irresponsables. Otras razones que alimentan el sentimiento antiturístico son la sensación de que las necesidades locales se ignoran en favor de los turistas, a quienes se les responsabiliza del deterioro ambiental, la sobreexplotación de los recursos limitados y el aumento del costo de vida. Algunos también se quejan de que el turismo afecta la belleza y la identidad de los lugares.
En este contexto, ¿qué recomendaciones prácticas daría a los viajeros para que sean huéspedes respetuosos y responsables?
Viajar se ha convertido en parte de nuestra vida acelerada. Replantéatelo: sé paciente, curioso y disfruta de lo inesperado.
Ya seas turista o expatriado, respeta el país anfitrión y apoya a la gente local. Siéntete como en casa. Viajar despacio te permite conectar con las costumbres y la gente del lugar. Infórmate sobre el país con antelación para descubrir su autenticidad y evitar las trampas para turistas.
Planifica con antelación, pero no abuses de las listas de tareas. La flexibilidad forma parte de la experiencia.
¿Existen destinos que, por el contrario, se mantengan muy positivos y acogedores hacia el turismo? ¿Podría mencionar algunos ejemplos?
La actitud positiva hacia el turismo persiste en destinos que no se han visto demasiado saturados por el turismo de masas. Los destinos geográficamente remotos, como las pequeñas islas del Caribe, tienen menos probabilidades de verse afectados que los más accesibles.
Países como Uzbekistán y Kirguistán, que han experimentado un aumento del turismo recientemente, ven con buenos ojos el sector. La liberalización de visados también se utiliza como estrategia de poder blando para posicionarse internacionalmente y buscar oportunidades económicas con aliados geopolíticos.
Es posible que el aumento del turismo no perjudique a algunas regiones, gracias a un mayor sentido de identidad y tradición. Bután conserva sus recursos forestales y su exuberante vegetación gracias a la Tasa de Desarrollo Sostenible (TDS), un impuesto diario que pagan los visitantes para apoyar el desarrollo del país. Los modelos de turismo sostenible son poco comunes, pero viables, y su demanda va en aumento. Los ecohoteles y las propuestas de ecoturismo están ganando popularidad.
También cabe destacar que un país puede experimentar tanto turismo excesivo como una hospitalidad positiva al mismo tiempo.
Con la llegada del otoño y el invierno a muchos mercados emisores, ¿qué tendencias de viaje prevé para el resto de 2025?
Con el auge de los viajes, observamos el surgimiento de muchas tendencias interesantes. Una de ellas, a la que conviene prestar atención, es la combinación de trabajo y vida personal o «bleisure travel» (viajes de ocio y trabajo), una tendencia en constante crecimiento. Gracias al teletrabajo y a la mayor accesibilidad económica para viajar, muchas personas optan por combinar trabajo y ocio. Los viajes tranquilos, las escapadas relajantes y los retiros, cuyo objetivo principal es reducir el ritmo, relajarse e interactuar profundamente con el entorno y la comunidad local, son cada vez más demandados, a menudo combinados con talleres y actividades que requieren concentración y dedicación sin interrupciones de pantallas.
¿Qué papel deberían desempeñar los gobiernos y las empresas turísticas para mitigar las tensiones entre las comunidades locales y los visitantes?
Los gobiernos y los actores del sector turístico deben colaborar para encontrar soluciones complementarias. Los gobiernos deben promover políticas y regulaciones, como la limitación del número de visitantes en Machu Picchu y el cobro de entradas en Venecia. Muchos países ya están abordando la problemática de los alquileres vacacionales con nuevas leyes. Limitar la inversión extranjera también puede ayudar a las comunidades a mantener el control sobre sus economías. No se debe desalentar el turismo, sino replantearlo. Se deben implementar leyes locales para proteger el medio ambiente, como la prohibición de protectores solares tóxicos para los arrecifes o de plásticos de un solo uso en los suministros hoteleros. Por otro lado, los operadores turísticos, las empresas de transporte y los proveedores de servicios turísticos deben adoptar este modelo, colaborar con las comunidades locales, educar sobre el patrimonio cultural de los destinos e invertir en turismo sostenible.
Finalmente, ¿cómo prevé que evolucione la relación entre turistas y residentes en los próximos años?
Los turistas están empezando a responder a la masificación y a la resistencia local cambiando sus hábitos de viaje. Cada vez más viajeros optan por destinos más pequeños o menos conocidos, viajan fuera de temporada o visitan climas más fríos donde la naturaleza y la fauna son los principales atractivos. Las «escapadas de frío» se han consolidado como una de las tendencias de viaje más fuertes. Muchos lugares cambian drásticamente durante la temporada baja, por lo que personalmente prefiero hacer escapadas cortas frecuentes fuera de temporada, disfrutando de una estancia más tranquila y apoyando a los lugareños, viviendo más como un residente que como un turista.
Este equilibrio puede alterarse rápidamente debido a factores externos. En Santorini, los cruceros y el «efecto Instagram» solían provocar largas colas y aglomeraciones en los lugares para ver la puesta de sol. Este año, la actividad sísmica redujo temporalmente el turismo y bajó los precios, algo que muchos lugareños acogieron con satisfacción.
Sin embargo, no todos los destinos están experimentando este cambio. Lugares emblemáticos como Roma, París, Venecia, las islas griegas, Santiago de Compostela y el Vaticano seguirán atrayendo a grandes multitudes. Su importancia cultural, religiosa e histórica garantiza una demanda constante, a pesar de los cambios en los hábitos de viaje en general. El turismo masivo se percibe como una amenaza, pero si no lo ignoramos, el sector turístico podría aprovechar este catalizador para evolucionar positivamente.