Más que una temporada, es el momento en el que el año se ralentiza y empiezas a recordar lo que vale la pena conservar antes de pasar al siguiente capítulo. 

En el Pacífico, la celebración tiene su propio ritmo. En el Marriott Puerto Vallarta Resort & Spa , la Navidad comienza entre cálidas luces y voces infantiles: los niños del Ejército de Salvación cantan villancicos mientras se enciende el árbol y el ponche inunda el vestíbulo con aroma a canela. A pocos metros, una casa de jengibre empieza a tomar forma, decorada de una manera que redescubre la alegría de la sencillez. 

Los días siguientes huelen a pan recién horneado, pavo de Nochebuena y celebraciones junto al mar. Aquí, el 31 de diciembre no se recibe con prisas, sino con brillo: una noche playera al estilo Gatsby, música que se funde con las olas y fuegos artificiales que se apoderan del cielo por apenas unos segundos. Para muchos, así es exactamente como quieren recordar el año: con risas, arena y un brindis que no pretende ser solemne. 

A pocos kilómetros de distancia, en el Sheraton Buganvilias Resort & Convention Center , diciembre parece ideal para familias. La Caravana del Chef rodea la piscina como un desfile espontáneo; en las posadas, la gente pide alojamiento con el mismo fervor que hace décadas; y los niños aún persiguen a los duendes de Santa Claus para entregar cartas que, por alguna razón, siempre parecen más emotivas cuando se escriben durante las fiestas. Aquí, la Navidad no es un evento único: es una secuencia de pequeñas escenas que se repiten cada año, pero nunca son iguales. 

Para quienes prefieren no salir de la ciudad, The Westin Santa Fe, Ciudad de México,  ofrece una celebración diferente: relajada, íntima y llena de momentos que rara vez encajan en un horario. Cenas tranquilas, brunchs relajados y la sensación de que, aunque la ciudad sigue ahí fuera, dentro todo se mueve un poco más despacio. 

En contraste, el Sheraton María Isabel Ciudad de México Reforma  es un testimonio de las celebraciones urbanas: largas mesas para el Día de Acción de Gracias, el árbol iluminado en el vestíbulo mientras la bulliciosa ciudad se detiene un momento, y una Nochebuena con un toque invernal que combina música, brindis y un ambiente que ilumina la capital por unas horas. La Nochevieja llega con estilo: un menú de cinco tiempos, un salón de baile deslumbrante y una noche que, aunque se celebra en un espacio interior, se siente tan grandiosa como la ciudad que la rodea. 

En pleno Paseo de la Reforma, la Nochevieja se celebra con estilo en el Salón Astor de The St. Regis Ciudad de México . Una velada que celebra la sofisticación con un menú diseñado para impresionar: caviar beluga y gazpacho de frutos rojos, crema de calabaza con vieiras, filete de res con virutas de trufa negra y un final dulce con praliné y cereza negra. Todo ello acompañado de cócteles de autor y el impecable servicio que distingue a The St. Regis. Aquí, el tiempo parece detenerse entre una cálida iluminación y brindis que anuncian nuevos comienzos. 

Más al norte, el desierto de Baja California Sur ofrece un diciembre diferente. En Zadun Los Cabos, a Ritz-Carlton Reserve , la temporada no se mide en eventos, sino en atmósferas: caminatas al amanecer donde el silencio habla más que las palabras, ceremonias que abrazan la belleza natural del desierto, jazz que flota en el cálido aire nocturno y cenas que invitan a una pausa antes de pensar en lo que viene. Aquí, celebrar es casi un acto íntimo: un ritual que mira hacia dentro antes de mirar hacia adelante. 

A solo unos minutos, Casa Maat en el JW Marriott Los Cabos Beach Resort & Spa ofrece la exclusividad de un hotel boutique de lujo, creando una historia única en torno al fuego y la gastronomía. Diciembre está lleno de sabores que evocan el hogar, con cenas navideñas especiales que incluyen vino para los padres y un menú especial para los niños. MarHumo, la nueva joya culinaria del resort, presentará un menú de cuatro tiempos creado por el chef Javier Plascencia, cuya cocina de inspiración baja busca unir a las familias en el espíritu navideño.  

En Solaz, a Luxury Collection Resort, Los Cabos , la magia de la temporada cobra vida con experiencias únicas que conectan cuerpo, mente y creatividad para toda la familia. Los padres pueden celebrar la Ceremonia del Solsticio de Invierno en el icónico Spa Ojo de Liebre, un ritual con vistas al Mar de Cortés que armoniza los sentidos y renueva las energías. Los niños pueden enriquecer su estancia con el String Art Holiday Editorial, un taller de arte donde crean piezas decorativas con significado. Todo esto, enmarcado por la elegancia contemporánea de Solaz y su compromiso con la cultura y el diseño mexicanos, garantiza que esta Navidad viva momentos que trasciendan lo común. 

Al otro lado del país, el Caribe ofrece su propia versión tropical de la temporada. El JW Marriott Cancún Resort & Spa  da la bienvenida a los últimos días del año con la llegada de Papá Noel a la playa del hotel y la entrega de regalos a los niños, brunches festivos, cócteles frente al mar y música de fondo que se integra a la perfección con el ambiente. Aquí, los brindis se hacen a menudo con los pies en la arena, y la última noche del año se siente más ligera, como si el océano ayudara a liberar lo que ya no te agobia. 

En la Riviera Maya, la temporada se celebra entre manglares y constelaciones. El St. Regis Kanai Resort  transforma la Nochevieja en un ritual de lujo: cenas frente al mar con sabores que evocan la tradición, ceremonias de encendido del árbol bajo miles de luces, noches de cine al aire libre y observación de estrellas que conecta con la cosmología maya. Aquí, el bienestar se renueva con tratamientos inspirados en la luna y las Pléyades, mientras que la playa elevada y los sonidos del Caribe invitan a despedir el año con calma y sofisticación. 

Así, mientras todo el país se prepara para despedir el año, cada uno de estos destinos ofrece más que un simple plan: ofrece un entorno. Un lugar donde las tradiciones se transforman, donde las familias se reúnen, donde las parejas comparten momentos de silencio, donde los amigos celebran sin reloj y donde cada uno encuentra su propio cierre. 

Porque, al final, la temporada navideña no se trata de citas, cenas ni planes: se trata de cómo queremos recordar los últimos días del año. Y en México, hay un lugar perfecto para cada respuesta. 

Fuente: Marriott International.