Más de 58.500 niños han perdido a uno o ambos padres durante el conflicto de Gaza, y otros 5128 están separados de sus familias o solos, una cifra que sigue aumentando a medida que continúan los desplazamientos, según el último informe de la red de protección infantil, coordinada por UNICEF.
En total, más de 64.000 niños han sido asesinados o heridos desde octubre de 2023. La magnitud de la violencia ha dejado a familias enteras diezmadas y a decenas de miles de menores viviendo sin un adulto de referencia.
Por ello, 1,1 millones de niños requieren servicios de protección, y casi la totalidad necesita apoyo en salud mental y atención psicosocial. Los niveles de trauma son extremos: los informes señalan que incluso los niños más pequeños presentan angustia severa, pesadillas, retraimiento, agresividad o síntomas depresivos.
La devastación de escuelas ha agravado aún más la situación. Cerca de 658.000 niños están fuera del sistema educativo. La falta de espacios seguros está empujando a muchos menores a trabajos peligrosos; una de cada cuatro familias ha enviado a sus hijos a trabajar para sobrevivir, incluso a edades tan tempranas como seis años.