Una mirada cercana a Marruecos con la embajadora Farida Loudaya
Publicado en 28/07/2025 08:05
Actualidad

Víctor Hugo Lucero Montenegro

Primicia Diario

En un diálogo revelador sobre la nación marroquí, la Embajadora Farida Loudaya ofrece una perspectiva íntima y profunda de su país. A pocos días de conmemorar una de las fechas más significativas para su pueblo, la Fiesta del Trono, la diplomática nos invita a explorar no solo el significado de esta celebración nacional, sino también la evolución y los avances que han marcado el reinado de Su Majestad el Rey Mohammed VI, destacando el sólido vínculo entre el Soberano y la sociedad.

Con casi nueve años de fructífera misión diplomática en Colombia y Ecuador, la Embajadora Loudaya comparte sus vivencias en una región con la que ha forjado una conexión especial. A través de sus palabras, descubrimos los lazos culturales y humanos que unen a Marruecos con América Latina, y la creciente relevancia del Reino en el escenario africano y global, consolidándose como un actor clave en la diplomacia multilateral y el desarrollo sostenible.

Embajadora, qué gusto tenerla con nosotros. Cuéntenos, ¿Qué significa la Fiesta del Trono?

-¡Muchas gracias! El gusto es mío. La Fiesta del Trono es una de las fechas más queridas por nosotros, que late en el corazón de Marruecos, dentro y fuera del país. Este 30 de julio conmemoramos los 26 años de la entronización de S.M. el Rey Mohammed VI y celebramos el vínculo tan fuerte que hay entre el Soberano y el pueblo y todo lo que ha ido cambiando a través de estos años. Los avances, las reformas, la forma en que el país ha ido creciendo y modernizándose.

¿Cómo ha sido representar a Marruecos en Colombia y Ecuador durante casi 9 años?

 Una experiencia maravillosa! Desde el primer día sentí una conexión muy natural con esta región. Colombia tiene algo especial: una energía vibrante, una alegría contagiosa una creatividad increíble. He tenido la suerte de recorrerlo, de disfrutar su música, de probar su comida, de aprender sobre su historia. Ecuador es diverso, cálido, acogedor y humano. En ambos países, me han hecho sentir como en casa.

 ¿Qué aspectos de estos países le han marcado más?

Sin duda, su gente. La calidez, la resiliencia, la hospitalidad, la amabilidad, la manera como enfrentan los desafíos, el deseo de seguir siempre pa’lante, como dicen aquí, a pesar de los obstáculos. He conocido paisajes maravillosos y expresiones culturales espectaculares, pero lo más lindo, es la experiencia humana. Creo que entre Marruecos, Colombia y Ecuador hay un terreno común: el arraigo a la tierra, el respeto por la historia, y el deseo constante de avanzar. Esos valores generan una cercanía muy especial.

¿Cómo percibe el interés de América Latina por Marruecos?

Es un interés creciente y mutuo. Cada vez hay más vínculos en comercio, educación, turismo, cooperación técnica. Marruecos ve en América Latina un socio natural, con valores compartidos y un enorme potencial conjunto. En Colombia, por ejemplo, el interés por conocer más sobre el mundo árabe y africano ha aumentado, y Marruecos es un puente cultural y estratégico entre esos mundos. Ecuador también se ha enfocado en fortalecer el dialogo y la cooperación con nuestro país. Es más, los ecuatorianos acaban de abrir en Rabat, la primera y única Embajada de la República del Ecuador en el Magreb. Esto lo dice todo.

La embajadora Farida Loudaya fue investida con honores durante la presentación de sus cartas credenciales ante la Presidencia de Colombia, marcando oficialmente el inicio de su misión diplomática en el país.

 

 ¿Qué papel juega Marruecos hoy en África?

Marruecos tiene una vocación africana muy clara y activa. Apostamos por una cooperación entre iguales, basada en el respeto mutuo, la solidaridad y el desarrollo compartido. Trabajamos de la mano con muchos países africanos en sectores como salud, agricultura, formación profesional, energías limpias, conectividad. Todo ello bajo la visión de S.M. el Rey Mohammed VI, quien ha reafirmado el compromiso histórico y estratégico de Marruecos con el continente africano. Apostamos por una cooperación basada en la confianza, no en la dependencia. Desde hace años, el Reino ha reforzado su presencia en el continente no solo desde lo económico, sino desde lo humano. Por eso, hoy en día y, fruto de todos estos vínculos e interacciones, mi país ha consolidado su posición, como puerta de entrada a nuestro continente.

¿Y en el plano global?

Marruecos es un actor comprometido con la diplomacia multilateral. Participamos activamente en foros internacionales sobre cambio climático, seguridad alimentaria, migración, diálogo interreligioso. Creemos que el respeto, la estabilidad y la diplomacia son la base de una convivencia pacífica. Marruecos ha sido sede de cumbres clave y es cada vez más reconocido como un actor confiable y constructivo en escenarios regionales y globales. Bajo el reinado de Su Majestad el Rey Mohammed VI, Marruecos ha consolidado una política exterior basada en la estabilidad, la credibilidad y los resultados.

¿Cuáles son, en su opinión, algunos de los avances más destacados de su país en estos años?

Hemos tenido grandes transformaciones en los últimos años. Hoy somos el primer productor de automóviles en África y estamos a la vanguardia en la industria aeronáutica. Además, ocupamos el segundo lugar en el continente en producción farmacéutica. En materia de energías renovables, hemos apostado con fuerza por un modelo sostenible. Contamos con proyectos pioneros a nivel mundial en energía solar y eólica, y seguimos avanzando hacia una matriz energética más limpia y diversificada.

Un ejemplo emblemático de esta evolución es el puerto Tánger-Med, que es un verdadero motivo de orgullo para nosotros. No es solo un puerto. Es una plataforma estratégica que conecta más de 180 puertos en los cinco continentes y es, hoy en día, uno de los mayores hubs logísticos del Mediterráneo y de África y un motor clave para el desarrollo de toda la región norte del país. Todo esto ha sido posible gracias al liderazgo y a la visión clara y de largo plazo de Su Majestad el Rey Mohammed VI, quien ha sabido combinar el crecimiento económico con la cohesión social y la sostenibilidad. Y, quizás lo más importante, todo ello en un marco de estabilidad institucional que nos permite seguir construyendo el futuro con seguridad, solidez y esperanza.

Todos estos avances, el desarrollo de infraestructura de primer nivel, el dinamismo económico, la apertura al mundo y la confianza internacional, han contribuido de manera decisiva a que Marruecos haya sido elegido como país anfitrión de la próxima Copa Africana de Naciones (CAN) este año y como una de las sedes del Mundial de Fútbol del 2030, junto con España y Portugal. Son reconocimientos que reflejan no solo nuestra capacidad organizativa, sino también el lugar que Marruecos ocupa hoy en el escenario internacional.

¿Cómo describiría Marruecos a alguien que no lo conoce?

Antes que nada, me alegra mucho contarte que Marruecos se ha convertido en el primer destino turístico del continente africano. Es un logro que dice mucho sobre la riqueza y diversidad de experiencias que ofrece nuestro país. Visitar Marruecos es una experiencia que realmente lo envuelve a uno por completo: es una mezcla de historia, sensaciones, paisajes y hospitalidad que toca todos los sentidos. Es de esas vivencias que se quedan grabadas en la memoria, en los sentidos y en el alma. Por la mañana, puedes estar caminando por una medina del siglo XII, con sus callejones estrechos, los aromas de las especias, los colores vibrantes de los tejidos y las cerámicas y, por la tarde, puedes estar asistiendo a un foro internacional de innovación tecnológica o visitando una universidad con enfoque en energías renovables. Esa mezcla de tradición y modernidad es parte de lo que nos define. Marruecos es desierto y es océano. Es montaña nevada y palmera al atardecer. Nuestra identidad está hecha de muchas capas que conviven con naturalidad: somos árabes, amazigh, africanos, mediterráneos y atlánticos. Y todo eso se nota en nuestra cultura, en nuestra música, en nuestra gastronomía y en la manera en que recibimos al visitante. Somos un país que honra sus raíces con orgullo, pero que también apuesta por el futuro con determinación. Por eso digo que Marruecos no solo se visita… se vive, se respira, se siente.

Y por último… ¿con qué se queda de estos casi nueve años de misión diplomática?

Me quedo con las personas. Con las historias compartidas. Con la posibilidad de tender puentes, de acercar visiones, de escuchar y ser escuchada. Representar a Marruecos en Colombia y Ecuador es un gran honor profesional. Es una experiencia profundamente humana.

Embajadora, muchas gracias por esta conversación tan cálida. Y feliz Fiesta del Trono para usted y para todo el pueblo marroquí.

 Muchísimas gracias a ustedes por este espacio. ¡Y los invito, de verdad, a descubrir Marruecos… con los sentidos despiertos y el corazón abierto!

La labor de la embajadora de Marruecos en Colombia, Farida Loudaya, ha sido consistentemente reconocida como ejemplar. Su destacada trayectoria la posiciona como una de las diplomáticas más eficientes y respetadas del cuerpo acreditado en el país.

Comentarios

Chat Online